El cable de encendido está formado por un núcleo llamado conductor, una vaina de primer nivel generalmente de EPDM o silicona, y una vaina exterior de silicona u otro material.

La certificación para definir un cable de encendido es la ISO 3808 parte I y II, a la que se refieren otras normas internacionales como SAE y VDE.

El motor de combustión interna o también llamado motor de explosión se utiliza para convertir la energía térmica creada por la combinación de aire, combustible y chispa para dar vida al movimiento del vehículo.

La importancia vital es el “portador” de la chispa, que puede ser el cable de la bujía y/o una bobina de encendido.

El sistema realiza entonces la función de vital para el funcionamiento del vehículo porque la sincronización de la cantidad correcta en la mezcla de combustible y aire la chispa crea la fuente primaria de movimiento.

Así que conseguir que la chispa llegue en el momento adecuado, con la cantidad correcta y la potencia son el elemento esencial de la propulsión del par motor.

Por lo tanto, el cable de bujía y/o la bobina del lápiz se convierten en un elemento fundamental para hacer llegar la electricidad a la bujía, afirma Paolo Braia, Director de Producción y Logística Brecav Srl, un cable de bujía y/o una bobina del lápiz que no esté en perfecto estado provoca un retraso en la llegada de la chispa y, en consecuencia, la cámara de combustión se llena de la mezcla de combustible y aire y provoca mayores descargas de CO en el ambiente, deteriorando las partes posteriores del sistema y contaminando más el medio ambiente.

El cable de encendido y/o la bobina de encendido se encargan de que la corriente de alta tensión se distribuya correctamente a las bujías. En esencia, transmiten energía al sistema, protegen de las interferencias radiadas, el apantallamiento es a través del conductor, que a su vez está protegido por al menos dos capas de vainas de silicona (u otro material) o a través de tapones resistivos.